EMASESA refuerza su compromiso medioambiental en el Día Mundial del Medio Ambiente 2025

La empresa pública de aguas cuenta con varios proyectos innovadores y sostenibles cuyo objetivo es ofrecer un mejor servicio, a la vez que luchar contra el cambio climático a través de la eficiencia.

En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, EMASESA ha puesto de relieve los proyectos que actualmente tiene en marcha para gestionar el ciclo urbano del agua de una manera más eficiente y sostenible.

En este marco destaca la apuesta de la empresa metropolitana por su  transformación digital en clave de eficiencia a través los proyectos de digitalización como Embalse digital 5.0 o CREANDO, que, gracias a los PERTE y los fondos europeos NextGeneration permitirán optimizar todos los procesos implicados en el ciclo del agua en general y en el saneamiento en particular.

Proyectos clave para la sostenibilidad urbana

En la sostenibilidad urbana y el cuidado del entorno destaca el impulso de EMASESA al uso de aguas regeneradas, una herramienta esencial para la economía circular y la adaptación al cambio climático, que garantiza el suministro hídrico para mantener y ampliar las zonas verdes de Sevilla, contribuyendo a mitigar el efecto isla de calor. Esta iniciativa, que involucra colaboraciones público-privadas con el Ayuntamiento y entidades como la Ciudad Deportiva del Sevilla FC, ejemplifica una gestión responsable y eficiente del agua.

Actualmente, EMASESA trabaja en proyectos en Copero y Ranilla para regenerar hasta 10 hectómetros cúbicos de agua, lo que significaría un 15% del consumo.

La empresa también avanza en eficiencia energética gracias a sus plantas fotovoltaicas en centros de trabajo, estaciones de bombeo, depósitos y otras instalaciones del ciclo urbano del agua con las que se impulsa el autoconsumo energético.

Hoy en día, EMASESA cuenta con una potencia de producción de energía instalada de 19.432 kW que le ha llevado a producir, durante 2024, un total de 37.135.525 kWh, lo que supondría el equivalente a la energía necesaria para abastecer a una población como la de Mairena del Alcor.

En este total y una vez superado el último episodio de sequía, destaca la reactivación de la producción de energía hidráulica y el aumento significativo de la producción de fotovoltaica, cifrada en un 153,24% con respecto a 2023 gracias a las plantas fotovoltaicas de la EDAR Ranilla, EDAR Copero, el complejo ambiental Copero y la EDAR de Mairena del Alcor. A estas se suman las nuevas instaladas en Entronque y Adufe, que han supuesto una inversión de más de 800.000€.

Por último, la empresa metropolitana trabaja por la economía circular con innovadores proyectos para dar fin a la condición de residuo de arenas y lodos, transformándolos en recursos valiosos para la industria y la construcción. Es el caso de MITLOP (Modelo Integrado de Gestión y Tratamiento Avanzado de Lodos de Estación de Depuración de Aguas Residuales y otros residuos orgánicos no peligrosos), que ha convertido a EMASESA en el primer operador andaluz en disponer de infraestructuras propias para cumplir con la normativa vigente, gestionando de manera autónoma y eficiente lodos y otros residuos orgánicos no peligrosos para su valorización.

EMASESA reafirma así su compromiso con un modelo sostenible que protege el medio ambiente y asegura un futuro más saludable para la ciudad y sus habitantes.

El problema de los microplásticos

Según la ONU, cada año se producen a nivel mundial más de 400 millones de toneladas de plástico y se cree que la mitad de este material se concibe para una vida útil de un solo uso. De este total se recicla menos del 10%.

Se estima que 11 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos y mares. Eso equivale al peso de alrededor de 1,089 Torres Eiffel juntas.

Asimismo, los microplásticos (partículas plásticas cuyo diámetro es inferior a 5 mm) invaden los alimentos, el agua e incluso el aire. De hecho, según la ONU las personas ingieren más de 50.000 partículas de plástico cada año, e incluso muchas más si se tienen en cuenta las partículas inhaladas.

Los productos plásticos de un solo uso que resultan desechados o quemados no solamente perjudican a la salud humana y la biodiversidad, sino que igualmente contaminan todo tipo de ecosistemas, desde los picos de montaña hasta el lecho marino.