La toallita es un residuo sólido que debería ser evacuado como tal, a la papelera. Se han convertido en los móviles de la higiene. Casi nadie puede vivir ya sin ellas. Una generalización que se debe a las múltiples aplicaciones que posee y que han invadido el mercado: para desmaquillar, para bebés, para el baño y hasta para la limpieza del hogar. Sin embargo, esta utilización entraña una seria dificultad cuando en lugar de tirarlas a la papelera se opta por el inodoro.
El uso generalizado entre la población de toallitas húmedas y la costumbre de arrojarlas al inodoro han incrementado las incidencias en la red de saneamiento, provocando un impacto económico y ambiental muy elevado.
En Sevilla se recogen más de 30.000 kilos de toallitas húmedas al mes, no podemos permitirnos sumar más residuos sólidos no biodegradables a nuestra red generando graves problemas medioambientales.