El contexto
El crecimiento de las ciudades provoca que cada vez haya más superficies impermeables y espacios que impiden el ciclo natural del agua cuando llueve, ya que se desnaturalizan los suelos y se generan problemas de desertización.
Esto ocasiona que los drenajes naturales no funcionen y se creen escorrentías de masas de agua que transportan contaminantes, además de provocar inundaciones por saturación de las redes de saneamiento.