La futura desalobradora de Sevilla y su área metropolitana consta de un anteproyecto presentado en febrero de 2025 en el Foro GAESCO.
Con un presupuesto de 60 millones de euros y un plazo de ejecución, llegado el momento, de dos años, esta futura infraestructura consiste en la captación de aguas en el estuario del Guadalquivir, aguas abajo de la presa de Alcalá del Río. Desde ese punto, el agua se bombeará hasta la conducción Gergal-Carambolo y se conducirá hasta la ETAP Carambolo, donde se tratará en una planta de tratamiento avanzado con membranas de ósmosis inversas y nanofiltración, lo que aportará a Sevilla y su área metropolitana una nueva fuente de suministro de agua alternativa a los tradicionales recursos embalsados, alargando las existencias y garantizando el suministro incluso en el peor de los escenarios.
Este proyecto maximiza el aprovechamiento de infraestructuras existentes, como la reutilización de depósitos en desuso y minimiza el espacio requerido y la inversión inicial, facilitando el cumplimiento de futuras exigencias regulatorias y la capacidad de adaptarse a la evolución de las condiciones del agua de entrada.