EMASESA y la Universidad Pablo de Olavide evalúan por primera vez el impacto real de la educación ambiental en el consumo responsable de agua

El estudio “Observadores Agentes del Agua”, desarrollado en el marco de la actuación Ciencia Ciudadana del Proyecto Embalse Digital 5.0, revela altos niveles de satisfacción y una mejora significativa en los conocimientos sobre el ciclo del agua entre unos 1.500 estudiantes de Sevilla y área metropolitana.

La Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla, EMASESA, y la Universidad Pablo de Olavide (UPO) han presentado los resultados del estudio Observadores del Agua, una iniciativa pionera de educación ambiental y ciencia ciudadana que evalúa con rigor científico el impacto real de los programas educativos sobre prácticas de uso responsable del agua.

Esta acción se enmarca en el convenio firmado entre la UPO y EMASESA, que tiene como objeto impulsar iniciativas de ciencia ciudadana, que implican a la ciudadanía en la investigación sobre políticas urbanas y el uso responsable del agua.

La investigación, coordinada por el Centro de Sociología y Políticas Locales (CSPL) de la Universidad Pablo de Olavide dentro del Proyecto Embalse Digital 5.0, ha implicado a 30 centros educativos (20 Colegios de Infantil y Educación Primaria y 10 Institutos de Educación Secundaria) de Sevilla y área metropolitana, con la participación de unos/as 1.500 estudiantes y sus familias.

El estudio analiza no solo la satisfacción y la percepción del aprendizaje, sino también los efectos reales en los conocimientos, actitudes y comportamientos vinculados al consumo eficiente del agua.

Resultados clave

Los resultados muestran un alto nivel de satisfacción entre el alumnado participante, que valora muy positivamente la experiencia y los conocimientos adquiridos sobre el ciclo integral del agua y la importancia del ahorro hídrico.

Asimismo, se han identificado mejoras significativas en el conocimiento y en la capacidad de control sobre las prácticas de uso eficiente del agua, aspectos directamente relacionados con la conciencia y comportamientos ambientales.

Aunque los cambios en actitudes o hábitos requieren continuidad en el tiempo en el desarrollo de los talleres, los datos confirman que éstos han actuado como semillas de transformación ambiental y social.

El proyecto supone un salto cualitativo respecto a las acciones educativas que EMASESA venía desarrollando, al incorporar por primera vez una metodología evaluativa con grupos de estudio y comparación, lo que permite obtener evidencias objetivas y científicas del impacto de los procesos educativos y de ciencia ciudadana desarrollados.

Premios “Etnografías del Agua”

En el mismo acto se entregaron los premios del I Concurso de “Etnografías del Agua”, CIENCIA CIUDADANA Y AGUA EN EL ÁMBITO ESCOLAR, una iniciativa que invita al alumnado de Primaria y Secundaria de los municipios abastecidos por EMASESA a investigar y documentar, desde una perspectiva intergeneracional, los usos, hábitos y tradiciones vinculados al agua.

A través de entrevistas y trabajos creativos, los/as participantes se han convertido en pequeños investigadores/as, promoviendo el conocimiento y la conciencia sobre el consumo sostenible del agua en el marco de la Ciencia Ciudadana.

Los premiados han sido el colegio Buen Pastor de Sevilla y el IES Olivar de La Motilla.

Ciencia Ciudadana: participación y conocimiento sobre el uso compartido

Todas estas acciones se enmarcan en la actuación Ciencia Ciudadana del Proyecto Embalse Digital 5.0, una de las líneas estratégicas impulsadas por EMASESA para fomentar la participación activa de la ciudadanía en la gestión sostenible del agua.

Observadores del Agua y Experiencias Intergeneracionales son dos estrategias concretas de esta actuación, centrada en implicar a la comunidad educativa en la observación, el análisis y el aprendizaje colaborativo sobre el uso responsable del recurso.

En paralelo, la actuación de Ciencia Ciudadana desarrolla otras iniciativas complementarias tales como la creación de plataformas de observación ciudadana y el análisis de la colaboración con comunidades locales para generar redes de conocimiento compartido entre otras.

En conjunto, estas acciones buscan construir una infraestructura social y tecnológica que permita a la ciudadanía participar de forma informada en la gobernanza del agua, reforzando el vínculo entre conocimiento, práctica y responsabilidad colectiva.

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