Un ciclo del agua autosuficiente gracias al impulso de las renovables

Vía ABC de Sevilla

El ‘mix’ de fotovoltaica, hidráulica y biogás reduce la factura eléctrica y elva el grado de independencia

La EDAR El Copero de Emasesa evoluciona como un complejo medioambiental y energético

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La gestión de la energía es la otra cara de la moneda de las empresas del ciclo integral del agua. Una compañía como Emasesa –que abastece a Sevilla y su área metropolitana– tiene un consumo energético anual similar al de una localidad de 70.000 habitantes. «Agua y energía están intrínsecamente ligados», sostiene Francisco José Juan Rodríguez, director de Sostenibilidad e Innovación de Emasesa. Esta compañía ya puede lograr hasta el 80% de autoconsumo con fuentes autóctonas y renovables en un año lluvioso, y en torno a un 40% en etapas de sequía. El desafío, en una región que sufre las consecuencias del cambio climático, es alcanzar el 100% gracias al desarrollo de un arsenal de soluciones innovadoras.

La transformación ecológica de las empresas del ciclo integral del agua llega en un momento de inflexión, como quedó reflejado en una mesa de debate organizada por ABC y Emasesa. «Hemos revisado la Estrategia 2030 de la Junta de Andalucía con metas más ambiciosas», afirmó Manuel Larrasa, secretario general de energía del Gobierno autonómico.

El objetivo es que al final de la década el 48,5% del consumo final provenga de fuentes limpias. Aunque es difícil, hay elementos que permiten ser optimistas. «El parque de generación eléctrica renovable ha crecido más de un 135% desde 2018». Gracias a esto, más del 60% de la potencia actual del mix eléctrico es ‘verde’ y en 2030 se situará en el 82%. La Agencia Andaluza de la Energía es el organismo que respalda la consecución de estos objetivos. «Gestionamos las ayudas del programa Feder para incrementar la eficiencia energética reduciendo el consumo de energía e implementando nuevas instalaciones de renovables, promocionando la autosuficiencia y favoreciendo el desarrollo de redes inteligentes y sistemas de almacenamiento, además de una movilidad sostenible», apuntó José Manuel Torres, director técnico y de planificación de este organismo.

 

Fuentes de generación

En esta coyuntura todos los actores deben realizar un esfuerzo por descarbonizar sus operaciones, y las empresas del ciclo integral del agua son un paradigma. «En Emasesa tenemos tres fuentes de generación: hidráulica, fotovoltaica y el biogás que se produce en la EDAR de El Copero», según su director de Sostenibilidad. Gracias a este último combustible, «se cierra el trinomio de agua, energía y residuos que, al ser tratados, se convierten de nuevo en energía». En 2024 la energía generada por la compañía habría podido abastecer a una localidad como Mairena del Alcor.

Otro ejemplo de este avance lo representa Hidralia. «Además de reducir el impacto medioambiental, es un factor clave para ser más resilientes», añadió Ana Genaro, directora de Estrategia y Regulación de esta compañía. La firma ha acelerado la transición ecológica en la última década impulsando la fotovoltaica, la minihidráulica, el biogás y las fuentes térmicas, además de complementarlo con una movilidad sostenible (con flotas de vehículos eléctricos) e instalaciones más eficientes. «Hace tres años, cuando se desató una crisis energética, este esfuerzo demostró que además nos hacía más resistentes a las crisis, ya que padecimos menos que otros sectores por la subida de los costes».

El binomio entre agua y energía está en la base del desarrollo del propio sector eléctrico. «La generación empieza históricamente gracias al aprovechamiento de mil pequeños saltos de agua que producía una pequeña potencia, la tecnología hidroeléctrica es la primera gran fuentes del planeta, mayoritaria y renovable», recuerda Rafael Sánchez Durán, director general de Endesa en Andalucía y Extremadura. Es además una fuente que ayuda a gestionar el sistema. «En el caso concreto del Tajo de la Encantada y Guillena, «son dos grandes baterías» que bombean agua de vasos inferiores a superiores cuando la energía es excedentaria, y la turbinan cuando el sistema así lo requiere. La apuesta de Endesa se reforzó con la compra de 34 centrales hidráulicas a Acciona (alcanzando una capacidad de 5.300 MW en España).

 

Ecofactorías

Este potencial ha sido utilizado tradicionalmente por las empresas del ciclo del agua. Y en los últimos años se ha sumado a la ecuación el biogás, que se produce a través del tratamiento de residuos. En este caso se están creando grandes centros que ayudan a crear economía circular en todo el entorno. En el caso de Emasesa la apuesta está en el Copero, «un gran complejo medioambiental que permite gestionar y valorizar residuos de forma eficiente, sin coste energético y si provocar malos olores en el entorno inmediato», recordó Francisco José Juan Rodríguez.

Se procesan aguas residuales y también otros residuos de la actividad agrícola del entorno, y se convierten en biogás que se usa para producir electricidad. «En el futuro se puede purificar para producir biometano, que se puede distribuir por la red de gas natural», reemplazando en parte a este combustible de origen fósil. El Copero evoluciona con innovación y que en un futuro amenazado por la sequía «se convertirá incluso en una fábrica de agua».

La Ecofactoría Sur de Emasagra en Granada es un ejemplo de esta transformación. «Ha conseguido una generación de energía de más del 140%», lo que no solo alcanza la autosuficiencia de estas instalaciones, sino que alimenta a la flota de vehículos eléctricos de la compañías, informó Ana Genaro. Prácticamente el 100% del agua depurada se reutiliza para el riego de cultivos y los lodos, arenas y grasas se valorizan como abono.

Tanto el Complejo Ambiental de El Copero como la Ecofactoría de Granada son una punta de lanza del biogás en Andalucía. La Junta quiere impulsar este gas renovable con una alianza que aúna a todos los agentes del sector. «Nuestro objetivo es potenciar todas sus ventajas pero evitar las externalidades negativas que puedan ocasionar estos proyectos», indicó Manuel Larrasa. En este momento hay en torno a 40 plantas en tramitación. En los próximos meses se realizará una hoja de ruta y se establecerá una regulación que «evite impactos negativos en la gestión de residuos o en los olores», concluyó el Secretario General de Energía.

 

Redes y digitalización

Para completar el puzle de la transición también se requieren redes de distribución eficientes. «Hay una revolución en marcha, Andalucía se ha convertido en un polo de atracción de iniciativas que consumen electricidad, y hay que duplicar el esfuerzo en redes para acoger estos proyectos», remarca Rafael Sánchez Durán. Y en esta línea, Endesa ha diseñado un plan de inversión en colaboración con la Junta de Andalucía y alineados con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que pretende elevar la inversión en redes en un 45%. Con una rentabilidad razonable «que se sitúe en el promedio europeo» podría ejecutarse un plan de 4.000 millones de euros en España (el 50% en Andalucía).

La revolución energética es también la palanca para nuevas iniciativas que requieren electricidad eficiente. En el caso de Emasesa, la compañía está desarrollando una planta de generación de ozono en la ETAP de El Carambolo. «Nos permite mejorar la calidad del agua bruta en procesos de potabilización, y es especialmente útil en periodos de sequía, cuando la calidad del agua disminuye por la bajada de las reservas en los embalses», apunta el director de Sostenibilidad e Innovación de la empresa metropolitana de Sevilla.

El otro frente estratégico es la digitalización. Ana Genaro apunta como Hidralia, al igual que Emasesa, desarrolla gemelos digitales para analizar las fórmulas que permiten una mayor eficiencia en la gestión de las infraestructuras. Esto se acompaña con sensorización, electrónica e Inteligencia Artificial para optimizar el funcionamiento de toda la cadena. En Emasesa este proceso se ha acelerado con las ayudas asociadas al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la UE.